Gestionar una pequeña empresa o ser autónomo en España implica muchos desafíos. En ocasiones, sin darnos cuenta, el riesgo de insolvencia empresarial empieza a crecer poco a poco: los cobros se retrasan, los gastos aumentan y la liquidez se reduce. Detectarlo a tiempo puede marcar la diferencia entre salvar tu negocio o tener que cerrarlo.
A continuación, te contamos cinco señales claras de cómo detectar el riesgo de insolvencia de tu empresa, y qué pasos puedes dar antes de que sea demasiado tarde.
Si cada mes cuesta más cubrir los pagos básicos, como nóminas, alquiler o impuestos, tu empresa está mostrando un síntoma temprano de insolvencia. Utilizar préstamos o tarjetas para mantener la actividad puede ser una solución temporal, pero también un aviso claro.
Qué hacer: revisa tu flujo de caja, renegocia con proveedores y recorta gastos no esenciales. Anticiparse evita males mayores.
Paga más tarde, cobra antes.
Los impagos o los retrasos en el cobro son una de las principales causas de insolvencia entre pymes y autónomos. Si tus clientes pagan cada vez más tarde y eso te obliga a retrasar tus propios pagos, la bola de nieve crece rápido.
Qué hacer: establece políticas de cobro más claras, automatiza recordatorios y valora contratar un servicio de recobro o mediación antes de acudir a vía judicial. Más de un 20% de morososidad debería ser una alarma a tener muy en cuenta.
Cuando los impuestos o cotizaciones se pagan fuera de plazo o hay que pedir aplazamientos continuos, el problema ya está encima. Esto no solo genera recargos, sino que puede derivar en embargos o responsabilidades personales.
Qué hacer: pide asesoramiento inmediato para revisar tu situación fiscal y financiera. Existen opciones legales para aplazar, fraccionar o incluso reestructurar la deuda antes de que te sancionen. Y por supuesto, siempre será mejor ser deudor de un banco o financiera, que de Hacienda o Seguridad Social.
Si gran parte de tus ingresos depende de uno o dos clientes, cualquier cambio en ellos (impagos, cancelaciones, retrasos) puede dejarte sin liquidez. Lo mismo ocurre si trabajas con un solo proveedor esencial.
Qué hacer: diversifica tus fuentes de ingresos y revisa tus contratos. Una cartera equilibrada reduce el riesgo y da más estabilidad a tu empresa.
No te relajes, esfuérzate siempre en ampliar tu servicio.
El indicador más humano: cuando la preocupación económica es constante, es porque tu negocio te está pidiendo una revisión profunda. La tensión diaria por pagar o cobrar a tiempo es síntoma de un problema estructural.
Qué hacer: busca apoyo profesional antes de que el cansancio o el miedo te paralicen. A veces, una auditoría rápida o un plan de reestructuración evita tener que acudir a procedimientos concursales.
El 80 % de los empresarios que afrontan sus problemas financieros de forma temprana consiguen evitar el cierre. Detectar las señales y pedir ayuda no es un signo de debilidad, sino de gestión inteligente.
En Bautista Asociados, ayudamos a empresarios, autónomos y particulares a evaluar su situación, negociar con acreedores y, si es necesario, preparar soluciones legales como la Ley de Segunda Oportunidad o el procedimiento especial de microempresas, para proteger su patrimonio y mantener su actividad.
Si crees que tu empresa puede estar en riesgo, contáctanos y revisaremos tu caso sin compromiso.
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Especialistas en insolvencia y exoneración de deuda
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